viernes, 16 de octubre de 2009

Cuando la tecnología es el peligro

Bien se puede decir que soy "tecnofilo" y no porque escriba un blog y haga uso de herramientas más bien comunes en los tiempos que corren si no por la presencia más o menos constante de la tecnología en lo que escribo.

Pero la tecnología también tiene su peligro y uno de los más evidentes es la atrofia de ciertas habilidades que forman parte del 'valor añadido' de la enfermería en la atención a los pacientes; por ejemplo, la observación.

Contrastar lo indicado por un monitor con lo que observamos en un paciente de modo directo o indirecto (lo que nos refieren otros profesionales o la familia) es una práctica correcta y necesaria, pero que requiere la adquisición de la habilidad de observar esos signos/sintomas. Las generaciones anteriores de enfermeras adquirieron esa habilidad de modo 'natural' por la escasez de instrumentos de monitorización y por sus limitaciones técnicas; pero en la actualidad, los monitores portátiles y las centrales de monitorización centran las habilidades de observación en los propios datos y gráficos restando centralidad a la información que nos ofrece el contacto directo con el paciente u otros datos.

Y esto no solo lo digo yo; lo dice Nursing Times que ha realizado un estudio sobre el uso de los aparatos de monitorización llegando a afirmar que "los aparatos de observación automáticos pueden disminuir las habilidades de las enfermeras" y que "la disminución de las habilidades de observación puede poner en riesgo a los pacientes" llegando casi al 25% los profesionales que, en el último mes, vivieron situaciones en las que la falta de alerta sobre un empeoramiento de un paciente acabó teniendo consecuencias para el mismo.

Para paliar esto no cabe duda que el paso principal es la formación en las habilidades de observación y, en ese campo, creo que las prácticas son la oportunidad esencial de contrastar 'in situ' como quien quiere aprender convierte en resultados las enseñanzas teóricas de la mano del profesional con el cual realiza la práctica.

Otra cosa, ya más avanzada, es la implantación previa adaptación, formación y pilotaje de instrumentos de puntuación como los que preconiza la agencia británica de seguridad del paciente que podrían reducir esos incidentes gracias a la objetivación de parámetros más bien subjetivos.

Escribiuno Xosé Manuel Meijome

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