El dolor que persiste durante más de seis meses y que no se alivia con el tratamiento médico o la cirugía convencionales suele denominarse dolor crónico.
Cuando su médico evalúe la gravedad de sus síntomas, realizará una evaluación exhaustiva del dolor para determinar su intensidad, su distribución y su impacto. Estos factores y otros relacionados con el dolor son importantes para el diagnóstico.
Por ejemplo:
* Intensidad del dolor: ayuda a evaluar el grado de discapacidad funcional. Los cambios en la intensidad del dolor aportan información sobre su origen, factores psicológicos y problemas estructurales graves. Así, el dolor de espalda o de piernas que aumenta durante o inmediatamente después de realizar un esfuerzo puede indicar la presencia de trastornos estructurales. Por el contrario, el dolor de espalda o de piernas que se produce de 1 a 12 horas después de la actividad puede indicar la existencia de dolor de las superficies articulares.
* Distribución del dolor: ayuda a localizar el origen del dolor.
* Inicio del dolor: puede ayudar a identificar factores psicológicos o patologías nuevas o no detectadas antes.
Para evaluar la intensidad del dolor, su médico puede proponerle que utilice una escala analógica visual como ésta:
Además, el médico le pedirá que describa:
* El tiempo que lleva sufriendo dolor. El dolor crónico habitualmente se define como un dolor de más de 6 meses de duración.
* La ineficacia relativa de su tratamiento actual para aliviar el dolor.
* Las consecuencias de los síntomas en su calidad de vida (el dolor crónico suele asociarse a otros trastornos, como fatiga, depresión, irritabilidad, ansiedad, discapacidad).
Si sufre dolor crónico, hable de las opciones de tratamiento con su médico o concierte una cita en una unidad de dolor de su localidad
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