miércoles, 30 de septiembre de 2009

La fijación con fibrina complementa la endoplastia laparoscópica

La fijación de la malla para reparar hernias con laparoscopia mediante fibrina autóloga tiene sus controversias, pero provoca menos dolor en el paciente y no produce adherencias, según la experiencia del Hospital de Riotinto (Huelva).

Jueves, 11 de Junio de 2009

La endoplastia laparoscópica comenzó a utilizarse en cirugía del abdomen en la década de 1990, lográndose una reducción de recidivas del 5 por ciento respecto a la cirugía abierta de hernias inguinales e incisionales.

En el centro onubense han incorporado a esta técnica el método de sellado con fibrina del propio paciente hasta en trece ocasiones complementando a los tacker, mientras que en un paciente se aplicó junto a puntos transparietales más tacker para eventración subcostal.

"El principal debate sobre esta técnica quirúrgica gira en torno a la elección del tipo de malla y a la fijación a la pared abdominal", según el cirujano Juan Guadalajara, que destaca la importancia de una buena selección de pacientes y de los criterios de inclusión en reparación laparoscópica con ese tipo de fijación biológica.

"Ante un enfermo de hernia ventral lo primero es seguir unos criterios para la elección del tipo de reparación, que será simple en las hernias pequeñas y laparoscópica en las medianas, mientras que en las hernias ventrales grandes se hará ventroplastia abierta, dejando la reparación laparoscópica para pacientes con obesidad mórbida".

En el Hospital de Riotinto los criterios de inclusión de patologías comenzaron por las eventraciones de línea media, hernias umbilicales y periumbilicales, y también eventraciones con múltiples recidivas, sobre todo en obesos con defecto de entre tres y diez centímetros de diámetro.

Después se incorporaron a esta técnica las hernias de Spiegel y las eventraciones subcostales y suprapúbicas, además de aumentar el tamaño del defecto a quince centímetros.

Guadalajara ha comparado los distintos métodos de fijación: el de puntos transparietales produce más dolor, conlleva mayor tiempo quirúrgico y parece que tiene menos recidivas, "aunque este último aspecto está todavía en entredicho".

Los tackers requieren menos tiempo de intervención, generan dolor (aunque menos que los puntos) y hematomas pero, sobre todo, producen adherencias.

Finalmente, están los sellantes de fibrina, que no producen dolor, o muy poco, ni crean adherencias.

"Además, favorecen la adhesión de la malla por la integración de fibroblastos y capilares, sustituyendo la red de fibrina por tejido conectivo; pero no son la panacea, sino un complemento de otros métodos de fijación", dice Guadalajara, matizando que estos sellantes no pueden utilizarse solos porque se recidivaría la reparación.

Los más utilizados son el Tissucol Duo y el Vivostat. Este último adhesivo de fibrina autólogo es el más experimentado en el Hospital de Riotinto.

Para obtener el sellante se extraen del paciente entre 100 y 120 cm3 de sangre que se pasan por una unidad procesadora, para obtener de 5 a 6 cm3 de fibrina que se introducirán en la unidad aplicadora.

Se puede aplicar con precisión después de colocada la malla, para sellarla, con la ayuda de tackers. En un minuto la fibrina alcanza el 80 por ciento de su adhesibilidad.

http://www.diariomedico.com/2009/06/11/area-cientifica/especialidades/cirugia-general/fijacion-fibrina-complementa-endoplastia-laparoscopica

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